La esencia de este proyecto reside en capturar el momento exacto en que las expresiones de asco, repulsión y desagrado se manifiestan en el rostro de los sujetos mientras narran sus historias más escatológicas y desagradables.
En lugar de buscar la iluminación perfecta o el ángulo más favorecedor, se persigue la verdad cruda y sin adornos, donde la imperfección se convierte en el centro de atención.
Al despojar el retrato de su tradicional idealización, este proyecto se cuestiona los estándares de belleza y perfección impuestos por la sociedad. ¿Por qué deberíamos ocultar nuestras facetas más grotescas y desagradables? ¿Acaso no forman parte de nuestra experiencia como seres humanos?
Salir «mal» en las fotos adquiere un nuevo significado en este contexto, pues implica abrazar la autenticidad y la vulnerabilidad en lugar de buscar la aprobación externa. En última instancia, «¿Qué es lo más repugnante que jamás te ocurrió?» no solo captura momentos de repulsión visual, sino que también nos invita a reflexionar sobre la relación que tenemos con lo grotesco y lo desagradable en el mundo que habitamos.
The essence of this project lies in capturing the exact moment when expressions of disgust, revulsion, and discomfort manifest on the subjects’ faces as they narrate their most scatological and unpleasant stories.
Instead of seeking perfect lighting or the most flattering angle, the project pursues raw and unadorned truth, where imperfection becomes the focal point.
By stripping the portrait of its traditional idealization, this project questions the beauty and perfection standards imposed by society. Why should we hide our most grotesque and unpleasant aspects? Don’t they form part of our human experience?
To «look bad» in photos takes on a new meaning in this context, as it implies embracing authenticity and vulnerability rather than seeking external approval. Ultimately, «¿Qué es lo más repugnante que jamás te ocurrió?» not only captures moments of visual repulsion but also invites us to reflect on our relationship with the grotesque and the unpleasant in the world we inhabit.